Todo lo que debes saber sobre los suelos


 

 

El 20 de diciembre de 2013, la 68ª Asamblea General de la ONU declaró el 5 de diciembre Día Mundial del Suelo y el 2015 como Año Internacional de los Suelos.

¿Sabías que un suelo sano es un suelo vivo? Los suelos sanos mantienen una variada comunidad de organismos del suelo que ayudan a combatir enfermedades de las plantas, insectos y malezas, y forman asociaciones simbióticas beneficiosas con las raíces de las plantas.

¡El suelo es donde comienza la alimentación! Se estima que el 95% de nuestros alimentos está directamente o indirectamente producido en nuestros suelos. Por lo tanto, la disponibilidad de alimentos depende de los suelos. Los alimentos de calidad y saludables solo pueden producirse si nuestros suelos están sanos. Un suelo vivo y sano es un aliado crucial para la seguridad alimentaria y la nutrición.

La mayor parte de la materia orgánica se encuentra en la capa arable del suelo. La materia orgánica del suelo es vital para la retención del aire, la humedad y los nutrientes. Juega un papel importante en mantener la fertilidad del suelo, y por lo tanto en la producción agrícola sostenible. Además de ser una fuente de nutrientes para las plantas -como nitrógeno (N), fósforo (P) y potasio (K)-, mejora las propiedades biológicas y físicoquímicas del suelo.

El suelo es uno de los ecosistemas más complejos de la naturaleza: contiene una infinidad de organismos que interactúan y contribuyen a los ciclos globales que hacen posible la vida. Los suelos albergan una cuarta parte de la biodiversidad de nuestro planeta, elemento esencial para la seguridad alimentaria y la nutrición.

En un solo m² de suelo forestal pueden encontrase más de 1000 especies de invertebrados…

Un solo gramo de suelo sano contiene millones de organismos, incluyendo animales vertebrados, lombrices, nematodos, 20-30 especies de ácaros, 50-100 especies de insectos, cientos de especies de hongos y miles de especies de bacterias y actinomicetos.

Los suelos ayudan a combatir y adaptarse al cambio climático, jugando un papel clave en el ciclo del carbono a través de la captura de carbono y la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI).

Se estima que el 33% del suelo mundial está de moderada a altamente degradado por la erosión, la salinización, compactación, acidificación, la contaminación química y el agotamiento de los nutrientes.

Se estima que el 28 por ciento de las tierras agrícolas del mundo producen cultivos que se desperdician. En el proceso, se despilfarran 250 km³ de agua y la huella de carbono de los alimentos producidos y no consumidos se estima en 3,3 gigatoneladas de CO² equivalente (FAO, 2013 – La huella del desperdicio de alimentos, impacto en los recursos naturales)

En promedio, un centímetro de suelo puede necesitar cientos de miles de años para formarse. Los principales factores que conforman el suelo son: clima, topografía, material madre, el tiempo y los factores biológicos (plantas, animales, microorganismos y los seres humanos). Las diferentes combinaciones e intensidades de los factores que forman el suelo conducen a diferentes tipos de suelo.

Las prácticas de manejo sostenible del suelo, como la agroecología, la agricultura orgánica, la agricultura de conservación, la agrosilvicultura y la labranza cero, podrían conducir a incrementos promedio de rendimiento de los cultivos del 58 por ciento.

La composición media del suelo es 5% materia orgánica, 25% aire, 25% agua y 45% material mineral.

Los suelos proporcionan servicios ecosistémicos clave, como la producción de alimentos, combustible, energía y medicinas; aire y agua limpios; intercambio de gases y secuestro de carbono; y muchos, muchos más … En última instancia, ¡hacen posible toda forma de vida!

http://www.fao.org/soils-2015/news/news-detail/es/c/317398/

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