Las poinsettias que se compran en Navidad tienen las ramas muy frágiles, débiles y tiernas pues han sufrido un proceso atípico (un crecimiento totalmente artificial) a cambio de conseguir un color espectacular. Esta debilidad va desapareciendo si conservamos y cuidamos adecuadamente esta planta en nuestra casa. Al cabo de un año o dos, las ramas dejan de ser débiles a la mínima ventada y se vuelve un gran arbusto duro, fuerte y sostenible.
El proceso atípico consiste en: cultivar dichas plantas en un invernadero con cierta temperatura y humedad y limitar o aumentar las horas de luz con altísimas dosis de nitrógeno para conseguir unas brácteas de colores intensos